Me sale en verso. Pero alguna vez tiene que llevarse uno un chasco en cualquier cosa a la que nos dediquemos. No siempre todo iban a ser satisfacciones.
La cosa ya empezó regular con algún que otro incidente en la carretera, sin importancia pero que da mal rollo.
De la partida eramos cuatro: el gran J´Hayber, el famosísimo Perfect, el único Miguelín y el menda lerenda. Los otros tres, infinitamente en mejor forma que yo.
Desde la salida, y a pesar de que con el gentío había veces que tenías casi que parar, no fuí capaz de seguir el ritmo en ningún momento.
No disfrute nada, nadita de la famosa carrera de las hogueras porque las pasé canutas, negras, putas y requeteputas...
Menos mal que el gran J´Hayber se apiadó de mí y me acompañó hasta la meta en un alarde de paciencia infinita, puesto que sólo le faltaba bostezar al hombre de lo aburrido que estaba, acostumbrado como está a correr maratones y subir montañazas al nivel de los más grandes.
Al final, 58' 47'' y nos tuvimos que pegar con la peña para pillar una camiseta de algodón. Imagino que esto se arreglaría con que pusieran 1€ de inscripción.
Entre la organización regular y el encabronamiento propio, una noche nefasta.
Con el disgustazo me tuve que tomar 6 o 7 cubatas para que se me pasara...
Una carrera para olvidar... Volveremos el año que viene... ¡qué vicio!