Este día tenía que llegar. Tras casi 60 carreras en mi brillante palmares no me ha quedado más remedio que dejar a medias la carrera de hoy.
Para aprovechar el inicio de las vacaciones de Semana Santa, me he apuntado junto con mis compañeros del club y algún que otro fichaje de última hora a la Media Maratón de Medina del Campo, una carrera interesante por esos campos de Castilla.
La prueba consistía en dar 3 vueltas similares a un circuito por la localidad. Era una tarde primaveral calurosa y había buen ambiente en la salida, cobijada por las sombras de la Plaza Mayor de Medina.
Nada más salir ya noté que la cosa iba cuando menos regular. Otras veces es habitual que en el arranque uno vaya más o menos atascado, así que no quise darle gran importancia al asunto. Pero los kilómetros pasaban y no había forma de mejorar. El ritmo que llevaba era más o menos el de otras veces, unos 5'30'' por minuto, pero las sensaciones eran horrorosas; no respiraba bien, tenía más calor de la cuenta, la alergia primaveral me castigaba y comencé a sangrar por la nariz; los que me conocen saben que no soy el clásico corredor "llorón", más bien al contrario, siempre creo que estoy mejor de lo que estoy, y me ubican más bien en la categoría de corredor "fantasma". Pero entre unas cosas y otras me acojoné un poquito.
Cuando transitaba por el kilómetro 11 y pico, en una pasada por el estadio, donde estaba situada la meta, toma la triste e inconsolable decisión de abandonar.
La cuadrilla pirata tras la prueba |
Esta carrera me ha servido para reflexionar y aprender más cosas sobre nuestro deporte.
Durante la primavera reduciré el número de carreras en las que participo. Voy a prescindir de los 10K de Manzanares y de la Media Maratón de Almagro e intentaré, en su lugar, entrenar más suave y mejor, adecuando mis ritmos y mis alegrías a las posibilidades reales.
Mis compañeros lograron todos terminar aunque también me decían que la carrera se les hizo dura y sus tiempos fueron un poco peores de lo que esperaban.
Tengo que decir que, a pesar de la decepción, algo tengo dentro que me hace ver las cosas de manera optimista y se que esta carrera me va a ayudar a mejorar. ¡El año que viene me obligaré a volver y sacarme la espina!
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Gracias por comentar. Saludos de Alber.